El 11 de mayo celebramos el nacimiento de José María Benito Serra, monje benedictino, misionero, obispo, fundador, junto a Madre Antonia, de nuestra Congregación de Hermanas Oblatas del Santísimo Redentor.
“Si todas las puertas se les cierran, yo, con la ayuda de Dios, les abriré una para que entren por ella”, dijo el Padre Serra a Antonia María, al proponerle una misión juntos en favor de las mujeres en contextos de prostitución, allá por el siglo XIX en las calles de Madrid. Esta frase es la que hoy da nombre a la película “Si todas las puertas se les cierran”, estrenada en más de 40 salas de cines en España, y con previsión de dar el salto internacional a salas y teatros en otros países donde está presente la Congregación.
La importancia del co-fundador es vital para la Congregación, está impregnada en muchos detalles. Por citar uno: Una de las tres provincias que comprende la Congregación de Hermanas Oblatas del Santísimo Redentor lleva por nombre “José María Benito Serra” y abarca seis países: Colombia, Estados Unidos, Filipinas, Guatemala, México, Puerto Rico, República Dominicana y Venezuela.
Una misión llena de misericordia
José María Benito Serra fue un hombre entregado a la voluntad de Dios desde que a sus 17 años dejase su Cataluña natal para entrar en la orden de San Benito en Galicia. Algo que, en un primer momento, él mismo pensaba que sería para toda la vida. Pero Dios tenía otra misión para él. Una misión evangelizadora y, sobre todo, llena de misericordia hacia los que más lo necesitaban.
Cuando llega a Madrid a mediados del siglo XIX, al renunciar al obispado de Perth, el P. Serra entra en contacto con señoras y asociaciones comprometidas social y religiosamente en la corte. Estos contactos directos facilitan el acceso del P. Serra a experiencias impactantes en el terreno social, en especial entre enfermos y mujeres que viven en Madrid la tragedia de la prostitución, las lacras del servicio doméstico y la problemática social de una ciudad con problemas sociales muy serios, marcados por la pobreza y la marginación social.
“Su compromiso a favor de determinados colectivos marginales de la sociedad es, en gran medida, resultado de su experiencia personal, al visitar hospitales, hospicios y centros de beneficencia. La redención de la mujer es probablemente, una de las grandes singularidades de las congregaciones religiosas fundadas en Madrid en este tiempo”, matiza el historiador Pere Fullana, experto en la historia de la Iglesia Católica.
Publicación original en Hermanas Oblatas