Este año celebramos la 61a Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, que como cada año, nos invita a reflexionar sobre nuestro llamado divino, descubrir nuestra identidad y explorar cómo podemos infundir el amor y la belleza del Evangelio en nuestras vidas.
El Papa nos alienta a «dar vida y amor» a la esperanza del Evangelio a pesar de los obstáculos que enfrentamos. También subraya la importancia de que nosotros, como cristianos, mantengamos una perspectiva llena de esperanza, para que podamos trabajar productivamente, respondiendo a la vocación que se nos ha confiado, al servicio del Reino de Dios, un Reino de amor, justicia y paz.
Hoy, más que nunca, necesitamos fomentar una mirada llena de esperanza y comprometernos a construir un futuro más brillante. Cada uno de nosotros, con nuestra diversidad de dones y vocaciones, puede ser un sembrador de esperanza y paz en el mundo.
¡Que nadie se sienta excluido de este llamado! En unión, podemos ser constructores de un mundo mejor, lleno de amor, justicia y paz.
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