En tiempos de grandes desafíos sociales, las mujeres asumen un papel cada vez más prominente en la construcción de un mundo más justo y humano. En la Iglesia, la fuerza femenina se manifiesta de forma singular en la obra de las Hermanas Oblatas del Santísimo Redentor, congregación fundada por Antonia María de la Misericordia en 1870.

Un legado de lucha y solidariedad

La historia de la fundación de la congregación es un ejemplo notable de la fuerza transformadora de las mujeres. Motivada por la fe y la compasión, Antonia María de la Misericordia desafió las convenciones sociales de la época y acogió a mujeres excluidas por la sociedad, ofreciéndoles un hogar, educación y la oportunidad de rehacer sus vidas.

En un contexto histórico marcado por la pobreza, la exclusión social y el machismo, Antonia María de la Misericordia vio en las mujeres en contexto de prostitución y extrema vulnerabilidad, el rostro sufriente de Cristo. Contrariando las normas y costumbres de la época, fundó una casa de acogida con el objetivo de ofrecer a estas mujeres un camino de rescate, acogida y dignidad.

Película «Si todas las puertas se Cierran» – Antonia habla con una mujer

La historia de Antonia María de la Misericordia y de las primeras Oblatas es un ejemplo inspirador de fe, coraje y compromiso con la justicia social. Rompieron con las barreras de género y desafiaron el status quo, abriendo nuevos caminos para la participación de las mujeres en la Iglesia y en la sociedad.

Madre Antonia y Padre Serra

Mujeres Oblatas: agentes de transformación social

Las Oblatas actúan en diversos frentes de combate a la desigualdad, promoviendo la educación, la salud, la orientación para la generación de ingresos y la autonomía de las mujeres. A través de proyectos sociales y acciones proactivas, luchan por políticas públicas que garanticen los derechos humanos de las mujeres y promuevan la igualdad de género.

Educación: las Oblatas ofrecen talleres y cursos de formación profesional que también buscan incentivar a las mujeres en situación de vulnerabilidad social a ser protagonistas de su propia historia. Con el rescate de la autoestima y la esperanza, pueden tener acceso a más oportunidades y desarrollo personal, construyendo un futuro mejor para sí mismas y para sus familias.

Salud: a través de alianzas, voluntariado y un equipo calificado, las Oblatas ofrecen derivación médica, atención psicológica gratuita y acciones puntuales de salud para mujeres en contexto de prostitución y vulnerabilidad social. La prevención de enfermedades, el diálogo en círculos de conversación, momentos de espiritualidad, así como el intercambio de información, contribuyen al bienestar físico y mental de las mujeres.

Generación de ingresos: las Oblatas desarrollan proyectos que incentivan la generación de ingresos, con el objetivo de mostrar caminos y apoyar la conquista de la autonomía financiera que mejore las condiciones de vida.

Apoyo: el equipo multidisciplinar oblata participa en redes y foros internacionales que defienden los derechos de las mujeres, incluyendo el combate al tráfico de mujeres para fines de explotación sexual, la lucha por la eliminación de la violencia de género, el trabajo de sensibilización social, la inserción en debates sobre políticas públicas que garanticen la igualdad de género y el respeto a los derechos humanos de las mujeres, tejiendo puentes y facilitando el acceso a la red socioasistencial.

Acciones para un futuro más igualitario

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 5 y 10 de la ONU representan hitos importantes en la lucha por la igualdad de género y la reducción de las desigualdades. Las Oblatas, en sintonía con estos objetivos, desarrollan acciones concretas. Otro ODS importante y muy trabajado en los proyectos pastorales oblatas es el 3, centrado en la Salud y el bienestar.

Voces que desafían

La serie «Voces que desafían: Mujeres en la Iglesia», del Instituto Humanitas Unisinos, destaca la importancia de la participación femenina en la vida de la Iglesia. El proyecto recupera y visibiliza historias de mujeres que, a lo largo de la historia, han roto barreras y abierto caminos para la igualdad de género.

Mujeres en la Iglesia

La Iglesia cristiana brasileña tiene en su base muchas mujeres que forman una «estructura viva y operante». En el documento 105 de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB), Cristianos Laicos y Laicas en la Iglesia y en la Sociedad (2016), los obispos observaron que:

«Las mujeres contribuyen de forma indispensable en la sociedad y en las responsabilidades pastorales. Sin embargo, la Iglesia reconoce que todavía es necesario ampliar los espacios para una presencia femenina más incisiva en la Iglesia».

Con la mirada humana, la percepción aguda sobre los dolores del alma, las mujeres asumen el compromiso con la construcción del Reino de Dios.

Antonia María, nacida el 16 de marzo de 1822 en Lausana (Suiza), vistió el hábito de la nueva familia religiosa de Oblatas del Santísimo Redentor en 1870 (España), y eligió el nombre de Antonia María de la Misericordia, expresión del carisma naciente que la llevó a expresar ante la realidad de las mujeres: «Quiero que vean en ellas la imagen del Redentor».

Durante 34 años, recorrió con la mujer en contexto de prostitución un camino de evangelización libertadora y se sintió tan identificada con su llamado que expresó: «Estoy feliz, tan segura de que Dios me llamó para este trabajo, tan tranquila en mi vocación, que mi único deseo es ser fiel».

Hoy, otras mujeres también llamadas a esta misión de solidaridad, siguen sus pasos, actualizando las posibilidades de transformación social, ampliando el sentido de acogida y consolidando el modo Oblata de SER y ESTAR en el mundo.


Referencias:

Oblatas del Santísimo Redentor: http://oblatasr.org/

Serie Voces que desafían. Mujeres en la Iglesia: https://www.ihu.unisinos.br/espiritualidade/mulheres-na-igreja

La contribución de las mujeres a la misión de la Iglesia: https://www.cnbb.org.br/a-contribuicao-das-mulheres-na-missao-da-igreja-estatuto-especial-de-dignidade/