El 1 de junio de 1864 se abrían en Ciempozuelos (Madrid) las puertas del Asilo de Nuestra Señora del Consuelo y, con ello, daba inicio la labor que, seis años más tarde, daría lugar a nuestra congregación: las Hermanas Oblatas del Santísimo Redentor.
Serra sobrevive como icono de resistencia cristiana contra un modelo de sociedad fascinada por la revolución. Persiste como un luchador que “labora” en una trinchera poco atractiva para la emergente sociedad burguesa de su tiempo.
Momento especial para recordar y agradecer los 151 años de la Congregación, y en la figura de Madre Antonia, recordar su Misión Redentora en la Iglesia.