Los proyectos sociales de la Provincia Europa de las Hermanas Oblatas del Santísimo Redentor han presentado, 9 de julio, un informe de las consecuencias que esta pandemia del Covid-19 ha ocasionado en las mujeres que ejercen prostitución o son víctimas de trata con fines de explotación sexual.
(Publicación – Hermanas Oblatas)
El informe, que se basa en los proyectos oblata de España, Italia y Portugal (Alicante, Almería, Ascoli, Barcelona, Cádiz, Ferrol, Las Palmas, Lisboa, Madrid, Murcia, Palma, San Benedetto del Tronto, Santiago, Sevilla, Tenerife y Valladolid), apunta que se han atendido un total de 2.759 mujeres durante el estado de alarma, así como 7.828 demandas y se han llevado a cabo 12.749 intervenciones.
Del mismo modo, el texto revela que, si bien durante este periodo de crisis sanitaria el consumo de prostitución en la calle y algunos ámbitos cerrados ha disminuido, no ha desaparecido del todo. Por el contrario, se ha readaptado a un nuevo escenario de confinamiento y vulnerabilidad, reforzando las nuevas formas de prostitución, como es el caso del uso de las nuevas tecnologías.
La situación de las mujeres
Con este estudio se quiere dar a conocer la realidad vivida por las mujeres, sus necesidades, sentimientos y demandas, así como las respuestas ofrecidas por los Proyectos Oblatas Europa, en las que destaca el acompañamiento a las mujeres caracterizado por la acogida, cercanía y respeto.
De esta manera, durante la presentación se ha apuntado que, durante este periodo, muchas mujeres han estado confinadas en los pisos y clubs donde ejercían la prostitución, donde continúan pagando las habitaciones aunque carecen de ingresos, lo que aumenta las deudas con proxenetas o prestamistas. En otros casos se han producidos desalojos de dichos lugares, dejando a las mujeres en la situación de vulnerabilidad de no tener a dónde ir.
Además, durante el confinamiento, las mujeres que ejercían prostitución en la calle pararon su actividad, lo que les impidió cubrir sus necesidades básicas y las de sus familiares. Por su parte, las mujeres víctimas de trata para la explotación sexual están siendo coaccionadas para mantenerse en la actividad, siendo sometidas a situaciones de explotación.
Finalmente, el estudio también incide en que las mujeres que habían conseguido un trabajo en limpieza o cuidado de personas mayores, así como en el sector de la hostelería, lo han perdido.
Impacto físico y psicológico
Toda esta situación ha generado un grave impacto físico y psicológico en las mujeres, que a raíz de esta crisis experimentan aislamiento, ansiedad, soledad, desprotección, apatía, angustia, desesperanza, aumento del nivel de estrés, así como incertidumbre e inseguridad ante el futuro incierto por las consecuencias de este contexto.
Las mujeres refieren preocupación por sus hijos y familiares en países de origen, pero también miedo a contagiarse y a ser agredidas por el aumento de agresividad que provoca el confinamiento.
Ante esta situación, las mujeres han demandado a los proyectos oblata información sobre el Covid-19 y asesoramiento socio sanitario sobre como protegerse y proteger. También han pedido material preventivo y cobertura de sus necesidades básicas, desde la alimentación, hasta el pago del alquiler, medicación, material de higiene, facturas de luz, agua, etc.
También han solicitado atención y acompañamiento psicológico, orientación para la educación de los hijos/as, ayudas para encontrar alojamiento e información y acompañamiento para gestiones relacionadas con ayudas sociales, tramites administrativos con extranjería, ERTES desahucios y otros procesos legales.
La respuesta de oblatas
Por ello, desde oblatas se les ha ofrecido, a través del seguimiento telefónico, información sobre las medidas a seguir en la crisis del Covid-19, así como material de protección (mascarillas, guantes, gel…), atención psicológica, orientación y asesoramiento para la gestión telemática de prestaciones, trámites administrativos, tramitación de ayudas económicas para cubrir necesidades básicas sobre todo de alimentación.
Además, se ha facilitado formación a través del envío de material digital o audiovisial, y se ha hecho un seguimiento individualizado para reforzar la orientación laboral, enviando, asimismo, ofertas de empleo y ejerciendo intermediación laboral.
Se les ha dado orientación sobre despidos por circunstancias sobrevenidas relacionadas con el estado de alarma, y se les ha ayudado en gestiones online y telefónicas con el Servicio de empleo de cada CCAA, con el SEPE y con la Tesorería General de la Seguridad Social. Además, se han facilitado recursos residenciales, ya fuera en la propia organización o derivándolas a otras.
En definitiva, el informe destaca que la situación de precariedad, pobreza y exclusión que viven las mujeres que ejercen prostitución y son atendidas en los proyectos de la Provincia Europa se ha visto agravada por la crisis del coronavirus. El periodo de confinamiento y aislamiento ha provocado, en algunas ocasiones, aumento de violencia, coacción y explotación hacia las mujeres, y se ha potenciado la tecnología en las nuevas formas de prostitución.
Esta nueva realidad ha exigido replantear y diseñar nuevas formas de atención, incorporando la tecnología en el acompañamiento personalizado a las mujeres, así como en los Proyectos de Formación. Además, el informe subraya que, aún habiendo existido dificultades de coordinación con la Administración Pública en algunas Provincias, es de resaltar la experiencia positiva generalizada del trabajo en red entre Entidades Públicas y Privadas.